21/6/10

Correctivo a los prejuicios


Calle Velázquez, 7pm, Madrid. Todos los "pingüinos" repeinados comienzan a salir del trabajo. Entre ellos, aunque no muy repeinado,se encuentra un servidor. Antes de comprar el bono de metro paro en un cajero a sacar algo de dinero. En esos momentos estaba sacando dinero el repeinado mayor, que venía probablemente de alguna oficina cercana del pijo barrio de Salamanca madrileño. Decido entonces esperar sentado en un banco hasta que el señor termine sus gestiones. Acto seguido veo al tipo marcharse en dirección a Núñez de Balboa y en 10 segundos aproximadamente sale del cajero una cantidad de dinero importante. En ese mismo momento se adelanta una señora de origen x (no española) de las que invitan a muchos a guardar todas las precauciones por un posible robo. La señora retira el dinero del cajero y corre sorprendentemente hacia el señor para darle el dinero que había olvidado en el cajero. El señor, muerto de la vergüenza, no sabe cómo agradecer el gesto y se pone rojo como un tomate mientras repite la frase "si le he dado a cancelar...".

Esta historia real me hizo reflexionar durante algunos minutos. Nadie habría esperado un comportamiento similar de aquella persona que a juzgar por las apariencias no habría visto tanto dinero junto en su vida. Me llegué a plantear qué habría hecho yo en la misma situación y no las tengo todas conmigo en que hubiera actuado de manera tan honrada como aquella señora. Es una de estas historias que no salen en los periódicos ni cambiará percepciones, pero me ha hecho darme cuenta de lo injustos que son nuestros prejuicios. Sólo quería compartirla.

2/6/10

Ilegales



Entre rato de estudio, pérdida de tiempo y tweets varios he leído esta noticia que publica El País sobre algo que no tiene la novedad como característica principal para convertirse en noticia, desgraciadamente. Suelo leer este tipo de noticias sin mucha más reflexión que la de lamentar el modo en que personas luchan contra la injusticia y las mareas para sobrevivir o vivir dignamente.

Hoy he leído que 12 personas no desembarcan en patera, sino que lo hacen "12 inmigrantes ilegales" aunque entre estos 12 se encuentre una mujer embarazada y menores(ilegales). También me he dado cuenta de que por el delito que han cometido han sido "arrestados por la Guardia Civil y trasladados al cuartel del Instituto Armado", que se ve que existe. Afortunadamente, la embarcación había sido "localizada" gracias al "dispositivo de vigilancia". Parece ser que es muy grave y atenta contra la seguridad de todos nosotros, los que por méritos propios hemos nacido en esta orilla, que vengan 12 personas sin papeles huyendo de su calvario.

¿Y no será que algo estaremos haciendo mal para que esos ilegales tengan la necesidad de jugarse la vida? ¿Está el gobierno empleando los mismos medios en solucionar el problema de fondo que en evitar que este país aumente la inmigración?
Seguramente no les traten como a delincuentes, o eso espero, pero es indignante la retórica que se utiliza para este tipo de tragedias humanas. Debe corregirse el lenguaje que quieren que utilicemos los mismos que hablan de "efectivos" en vez de personas o de "daños colaterales" en vez de víctimas inocentes.

31/5/10

Diálogo imaginario

Dos amigos intentan solucionar el mundo en una sobremesa:

- He leído tu artículo...

- ¿Qué te ha parecido?

- Ehhmm,creo que es una mierda. No me dice nada. No creo que aportes nada... y considero que viertes unas opiniones inconexas sobre la realidad que no van a ninguna parte...Tendrás que escribir otro, o ya te contestaré...o...

- Joder macho, muchas gracias. Viva la sinceridad...menos mal que eres mi amigo,¡que sino!

- No, pero es que me ha dado la sensación de que pones frases bonitas que no dicen nada, lo has hecho para que quede bien, pero en realidad no propones nada nuevo.

- Yo no lo creo así...Yo creo que consigue mi objetivo.

- ¿Qué objetivo?

- Las cosas, que son así. No hay solución. He intentado reflejar la confusión que existe dentro de mi cabeza. Intento formular el sinsentido...No todo tiene el propósito de mostrar un camino correcto o una solución. ¿O acaso tu piensas que todo tiene una verdad?

- No...no sé. Pero al leerlo no aprendo nada nuevo o no veo una visión de las cosas.

- Ya me gustaría a mí tener la claridad mental suficiente como para dar soluciones a problemas tan fundamentales como los que planteo. Peor aún, no creo que exista nadie con esa claridad mental. Por supuesto que esta actitud no conduce a nada. Me atrevo incluso a decir que si todo el mundo llegara a este punto de escepticismo, no habría más que miseria y egoísmo en el mundo(¿más de la que hay?)

-Pues entonces...creo que deberías intentar transmitir algo más que el “nada” en tus textos, porque para decir que “para qué intentar algo si ni sé si lo haré bien, ni sé si servirá, ni sé si lo quiero siquiera, mejor me quedo en casa.

- El absurdo no conduce a nada...eso es cierto. Tampoco lo pretende. A lo mejor es una manera de protesta contra esta basura que hemos creado. Deberé cambiar. Si lo paro a pensar, todavía hay cosas por las que merece la pena esforzarse...Si de verdad fuera todo tan absurdo, la única solución sería el suicidio. Y nunca he pensado en suicidarme.

- Pues a ver si espabilas y empiezas a escribir de cosas que merecen la pena y te dejas de mierdas. Que tú vales para más que para llegar a la conclusión de que todo no nos lleva a nada.

- A ver si espabilo, a ver...Bueno, pero igual que ese día andaba sin rumbo...creo que esto mismo que me dices me hace cambiar de pensamiento por un rato al menos. Lo que se plasma en un momento en un trozo de papel es la verdad de uno en ese momento. Al menos, ese fue mi caso. Con conversaciones como estas, puede ser que la vida cobre algo más de sentido. Gracias, AMIGO

28/5/10

Al fin y al cabo, ni sé ni sabo


Somos seres limitados (unos más que otros, pero limitados al fin y al cabo) que nos creemos el centro del universo por pura practicidad. Pensar lo contrario sería limitarnos todavía más. Nunca vamos a tener un mundo perfecto, pero lo intentamos. Tampoco vamos a lograr ser 100% felices y sin embargo seguimos buscando serlo. ¿Progreso? Vamos hacia un sitio diferente, pero no tiene por qué ser mejor.

La creación conlleva una destrucción. El nacimiento, una muerte. Lo único que sé es que somos, pero no sé el qué. Discutimos como si fuéramos a solucionar algo, pero en realidad siempre hay alguien que sabe infinitamente más que nosotros que piensa justo lo contrario. Mientras uno acaba una carrera, otro logra un empleo y un tercero se suicida justo cuando un cuarto se saca un moco. Desconcertante.

Vivimos el presente esperando un futuro más próspero pero sin tener la certeza de hallarlo. Un mundo donde mueren miles de personas a diario y se celebra una Liga al mismo tiempo.

Si nos paramos a pensarlo…es imposible adivinar para qué todo. Mi única respuesta es la propia pregunta.

26/5/10

Presentación

Vinagre en las heridas pasará a engrosar la larga infinita lista de dominios inutilizados en dos años (sino antes). Vale, no es un buen comienzo. Probaré de nuevo.

Este blog no tiene grandes aspiraciones, de modo que cualquier logro será celebrado y festejado: "Bienaventurados los que nada esperan, porque nunca serán defraudados".

Vinagre para las heridas, soluciones para los conflictos, orden en el caos, luz en la oscuridad, pelos en la lengua(ah no, este no). Este blog tratará de dar salida a todas las reflexiones, opiniones o comentarios que se me ocurran de vez en cuando y que necesite escribir por pura exaltación de mi propia personalidad. Más concretamente, para que sirva de base de datos de la habitación desordenada en la que se ha convertido mi mente. Es un remedio contra el embotellamiento neuronal y una solución para la crisis de ideas.

Si os interesa realizar alguna aportación o crítica, bienvenidos sois.

"No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo". Oscar Wilde